jueves, 5 de febrero de 2009

Lo que somos

Somos comunistas en materia económica, porque considerando las instituciones de la propiedad privada como fuente principal de todas las miserias humanas y como arma potente de la dominación de las clases, entendemos realizar una sociedad de igualdad y con ésta todas las fuentes y medios de la vida: tierras, fábricas, instrumentos de trabajo, máquinas y medios de transporte, etc.

Somos anarquistas en materia política, porque, reconociendo que todos los gobiernos son malos y antinaturales e infames todas las leyes, queremos romper las cadenas de la esclavitud que las clases privilegiadas han impuesto a la mayoría, proclamar al individuo absoluto dueño de sí mismo.
TIERRA Y LIBERTAD
FEBRERO DE 2009

Somos materialistas en materia religiosa, porque aceptando las conclusiones de la ciencia moderna alrededor de la eternidad y plenitud de la materia, la hipótesis Dios aparece demasiado vulgar, y el contenido filosófico de las diversas religiones es totalmente absurdo para la emancipación humana de todos los prejuicios.

Somos antimilitaristas, porque el militarismo es la violencia organizada; porque el militarismo es una historia de carnicería y de sangre; porque el militarismo es una potencia formidable y ciega para defender los privilegios de los burgueses; porque el militarismo, con el pretexto de defender la frontera, manda sus ejércitos de caníbales contra las multitudes oprimidas y hambrientas; porque, en fin, el militarismo representa una amenaza constante para la civilización. Por todas estas razones predicamos la supresión de todos los ejércitos, la destrucción de los cuarteles y la conclusión de la barbarie.

Somos antipatriotas hasta que la patria de los seres humanos no sea circundada de fronteras y soldados; hasta que terminen los odios y antagonismos y las guerras entre un pueblo y otro; hasta que termine el dominio de la explotación de los ricos sobre los pobres; hasta que no sea un obstáculo a la libertad internacional de los trabajadores. Y hasta que los pueblos de la tierra no se hayan fundido en una sola familia -la humanidad-. Y mientras no hayamos formado una sola gran patria, nosotros combatiremos todas las pequeñas patrias actuales que dividen al género humano en tantos grupos antagónicos, produciendo más dificultades en la unión de los trabajadores y haciendo más potente la dominación burguesa.

Somos revolucionarios contra todas las instituciones burguesas, porque fundadas sin excepción alguna sobre el predominio político, son una contradicción con las necesidades y aspiraciones de la vida moderna.

El Oprimido
(periódico anarquista peruano, 12-IX-1908)

Tierra y libertad

Derribemos la torre de Pisa

La Felguera - Enero de 2009

Es el trauma provocado en cada uno de los individuos por su posición de espectadores, de receptores pasivos en todos los campos de su vida, el que provoca la carencia de una conciencia de iniciativa particular para realización de la propia vida. Esta es la situación en la que se encuentra el individuo en el capitalismo avanzado que vivimos en la actualidad. Tanto en la vida cotidiana como en la democracia se supone una libertad de elección que no es real, dado que como espectadores, receptores y consumidores que somos tenemos que basar nuestra elección en un catálogo establecido.

Ante esta situación, se acostumbra a contentarse con lo establecido y a su vez a depender de lo que proporciona. El problema que hace tambalear la conciencia del individuo nace cuando no es posible saciar el apetito de consumo acostumbrado. Turba la sensación de inseguridad, tal vez sea el fin de la vida conocida. La adicción al estado de bienestar provoca que cuando éste no aparece seguro en el futuro comiencen los miedos. Incluso la izquierda hoy, que ha aceptado las mistificaciones del consumo espectacular, se encuentra con problemas para sustentar su único interés: El económico. La realidad es que se ha creado una sociedad de individuos convertidos en adictos a su condición de espectadores-consumidores, y ahora surgen problemas logísticos para suministrar la dosis acostumbrada de mercancías y espectáculo.

La izquierda moderada no se dio cuenta de que la miseria que en la actualidad invade la sociedad no tiene que ver con la miseria histórica asociada al hambre. La miseria actual es la relativa a la vida de espectador-consumidor. Aún viviendo en un estado de bienestar aparece la miseria de una vida aburrida y angustiosa, carente de experiencias y de aventura. Por supuesto se recurrirá a la herramienta predilecta de la izquierda antirrevolucionaria. El reformismo. Se buscan métodos desesperados de parchear una situación que se desborda desde hace ya mucho tiempo y cuyo derrumbe es cada vez más urgente.

Llegados a este punto deseamos romper con nuestra condición de espectadores y en vez de observar desde un asiento preferente el derrumbe de algo que no ha hecho más que ahogar y negar la vida, intervendremos en el espectáculo de la única manera útil y posible. Destruyéndolo.

Las reformas nunca han funcionado.

Derribemos la Torre de Pisa

A las barricadas

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