jueves, 11 de junio de 2009

Madre Tierra - E. Goldman y M. Baginski

Presentacion de la revitsa Mother Earth

Marzo, 1906, No. 1

traducido por mi

Hubo un tiempo en el cual los hombres se imaginaron a la Tierra como el centro del universo. Las estrellas, grandes y pequeñas, creian, fueron creadas simplemente para su deleite. Esa era su vana concepción, por la cual un ser supremo, cansado de la soledad, había fabricado un juguete gigantesco y los habían puesto en la posesión de él.
Cuando, sin embargo, la mente humana fue alumbrada por la luz de la antorcha de la ciencia, esta vino para entender que la Tierra era sólo una de una miríada de estrellas que flotan en el espacio infinito, una mera mota de polvo.
El hombre fue emitido desde el vientre de la Madre Tierra, pero él no lo sabía, ni reconocio, a quien le adeuda su vida. En su egoísmo pidió una explicación de sí mismo en el infinito, y de sus esfuerzos surgió la sombría doctrina por la cual él no estaba relacionada con la Tierra, que ella era sólo un lugar de descanso temporal para sus pies desdeñosos y que ella no sostuvo nada para él excepto la tentación de degradarse. Los intérpretes y los profetas del infinito del cual surgieron, crearon el "Más allá " proclamando el Cielo y el Infierno, entre los cuales esta de pie el pobre, el espantado ser humano, atormentado por aquel monstruo nacido sacerdote, la Conciencia.
En este esquema espantoso, dioses y diablos emprendieron la guerra eterna el uno contra el otro con el hombre desgraciado como el premio de victoria; y el sacerdote, el intérprete constituido de la voluntad de los dioses, se situo delante del único refugio del daño exigiendo como el precio de entrada la ignorancia, el ascetismo, y la total abnegacion, pero que podria acabar en la subyugación completa del hombre a la superstición. Se les enseño que el Cielo, el refugio, es la antítesis misma de la Tierra, que es la fuente de pecado. Para adelantar para él un asiento en el Cielo, el hombre devastó la Tierra. Aún asi se renovó a si misma, la buena madre, y vino otra vez cada primavera, radiante de belleza juvenil, llamando a sus niños para venir a su pecho y tomar su generosidad. Pero cada vez el aire espeso crecio con la venenosa oscuridad , cada vez una voz hueca fue oída llamando: " no toques la hermosa forma de la hechicera que conduce al pecado"
Pero mientras los sacerdotes censuraron la Tierra, hubo otros que encontraron en ella una fuente de poder y tomaron posesión de ella. Entonces resultó que los autócratas en las puertas de Cielo unieron sus fuerzas con los poderes que habían tomado de la posesion de la Tierra; y la humanidad comenzó su marcha sin objetos, monótona. Pero la madre buena ve los pies sangrientos de sus niños, ella oye sus gemidos, y ella alguna vez llama a ellos para decirles que ella es suya.
Para los contemporáneos de George Washington, Thomas Paine y Thomas Jefferson, Estados Unidos parece inmensa, sin límites, llena de promesas. La madre tierra, con las fuentes de riqueza enormes ocultadas dentro de los pliegues de su amplio pecho, amplió sus brazos y hospitalarias invitaciones a todo los que vinieron a ella de tierras arbitrarias y despóticas – la madre tierra yace dispuesta a darse por igual a todos sus hijos. Pero pronto ella fue tomada por unos pocos, despojada de su libertad, cercada, convertida en una presa de quienes fueron dotados con la astucia e inescrupolacidad. Ellos, que habían luchado por la independencia del yugo británico, pronto se hicieron dependientes entre ellos; dependientes en cuanto a bienes, riqueza y poder. La libertad se escapo en el desierto, y la vieja batalla entre patricios y plebeyos estalló en el nuevo mundo, con mayor amargura y vehemencia. Un período de cien años había bastado para convertir una gran república, una vez maravillosamente establecida, fue un estado arbitrario que sometió un número enorme de su población a la esclavitud material e intelectual, permitiendo a unos pocos privilegiados monopolizar todo recurso material y mental.
Durante los últimos años, los periodistas norteamericanos han tenido mucho que decir acerca de las terribles condiciones en Rusia y la supremacía de la censura rusa. ¿Han olvidado la censura aquí? una censura mucho más potente que la de Rusia.
¿Han olvidado que cada línea que escriben es dictado por el color de la política del periodico en el que escriben ; por las firmas publicitarias; por el poder de dinero; por el poder de respetabilidad; por Comstock? ¿Han olvidado ellos que el gusto literario y el juicio crítico de la masa de la gente han sido satisfactoriamente moldeados para satisfacer la voluntad de estos dictadores, y servir como una base para los negocios de los listos especuladores literarios? El número de Rip Van Winkles en la vida, la ciencia, la moral, el arte y la literatura es muy grande. Innumerables fantasmas, como noto Ibsen cuando analizó la moral y las condiciones sociales de nuestra vida, aún mantienen la mayoría de la raza humana en el temor.
(…)

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