viernes, 26 de junio de 2009

La podredumbre Parlamentaria





afiche echo por compas de campana y san martin


si quieren descargar la presentacion de la entrada anterior aca esta:
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He visto, hace una veintena de años, en la campiña, a los niños que tenían el hábito de ir casi todos los días al bosque vecino. El bosque estaba plagado de pájaros, y de rumores. De cuando en cuando, un ruido de hojas, una carrera rápida sobre el tronco de un árbol, sobre una rama, y se veía aparecer repentinamente uno de esos pequeños cuadrúpedos que conocéis bien: una ardilla ligera, ejecutando grandes esfuerzos, saltos peligrosos y acrobacias incomparables. Los niños tuvieron la idea de capturar uno de estos animalitos. Llegaron y se trajeron una ardilla con ellos. Un viejo aldeano les dijo:

– Yo conozco eso, he tenido uno hace años; un día desapareció; la jaula no estaba probablemente bien cerrada y se fue.

– Préstenos, entonces, su jaula, ¿quiere?

– Con mucho gusto, niños. Hace tiempo que no está habitada y se contentará de tener un inquilino.

Y los niños pusieron la ardilla en la jaula. Vosotros la conocéis, es de esas jaulas cilíndricas. Y he aquí que la ardilla, teniendo necesidad de movimiento, se pudo a dar vueltas alrededor. Los muchachos estaban maravillados y encontraban eso soberbio. Pero, después de cuatro o cinco días, acabaron por constatar que el espectáculo no era muy variado y se imaginaron que la ardilla se burlaba de ellos. ¡Era tan hermosa, cuando estaba en el bosque, saltando de rama en rama! Los muchachos dieron libertad al cautivo.

Volvieron al bosque y capturaron una segunda ardilla. La pusieron en la misma jaula, donde dio vueltas y se burlo de ellos como la primera, de suerte que, al fin de algunos días, los muchachos pusieron en libertad a este segundo cautivo. Volvieron al bosque y cogieron otra. Pero, después de cuatro o cinco experiencias de este género, acabaron por comprender que la ardilla no teniendo libertad en sus movimientos, estaba condenada a dar vueltas en la jaula.

Camaradas, esta historia es la del elector -muchacho- y el candidato -la ardilla-.

Durante los meses que preceden al escrutinio, el candidato salta de rama en rama, ejecutando maravillosas piruetas; y el niño, el lector, deslumbrado por sus tours de force se dijo: “¡Si pudiese cogerlo! ¡Si pudiese echarle mano! ¡Qué contento me pondría!”.

No cuesta mucho trabajo, cuando se es elector, el apoderarse de su candidato. El candidato no quiere más que eso Se le envía al Palais-Bourbon, que es su jaula Y allí, este hombre que dejaba estupefacto al pueblo -niño-, por su actividad, por su gracia, por su sutileza, por su agilidad, no hace nada. Una vez en la jaula se vuelve impotente.

Al fin de cuatro años, el muchacho se dice: ¡Oh, este se burla de mí! Voy a buscar otro que no me haga el mismo juego. Vuelve al bosque. Desgraciadamente, el segundo le hace la misma jugada que el primero. Hace, camaradas, cincuenta años que el candidato hace al elector idénticas malas jugadas. Y sin embargo, el elector no está convencido todavía. Continúa cada cuatro años, cambiando la ardilla y poniéndola en la misma jaula. Creed que tenemos derecho a decirle: ¡Pero, desdichado, no es la ardilla la que es preciso cambiar; hay que romper la jaula!

extracto de la podredumbre parlamentaria de Faure

3 comentarios:

Los InvIsIbles dijo...

Puff, cuantas cosas nuevas e interesantes. en un toke me las pongo a revisar. y ahora en un rato subo el programa. te llego el mail con la dire del mal de zinedine?
saludos
J

Lobo dijo...

Hola interesante blog, haber si congeniamos en algo, saludos.

aspirando a ser libre dijo...

lobo te dejo mi mail
contratodaautoridadd@hotmail.com