viernes, 25 de julio de 2008

Conflicto agrario
Un atisbo de politización



Algo que ya nadie podrá desmentir después de lo vivido en estos últimos 4 meses, es que la política y la economía no pueden separarse, son hermanas siamesas, dos caras de una misma moneda. Toda actitud política conlleva una económica y toda postura económica refleja una política. Las presiones y acciones del sector agrario determinadas por un hecho económico se tradujeron en actitudes políticas y la política del gobierno es una postura ante la economía, no hay dudas de esto. Y el problema explotó, y ante las medidas de fuerza y su mediatización extrema, todo el pueblo quedó encerrado en el conflicto. Ante esto, a todo el mundo se le inquiría una posición, todo el mundo desesperaba por entender más o menos qué pasaba y así saber de quedo lado estar, así el pueblo se sometió a interminables bombardeos de información o mejor dicho de desinformación las veinticuatro horas del día, así la sociedad quedó en el medio de publicidades de un lado y otro, de discursos de un lado y otro, de actos de un lado y otro, y al final, la discusión política se impuso nuevamente en las casas, seguramente en algunas más y en otras menos, y con diversidad de profundidad e información, pero se volvió a discutir política y eso, en principio, es bueno.

Es bueno sólo en principio, porque todo lo que se discute en las casas parte principalmente desde lo que proponen los grandes medios de comunicación, de esas grandes empresas productoras de una realidad distorsionada, simplista y estupidazante. Esto es un fenómeno nuevo, típico de sociedades complejas como las actuales en las que los grandes medios juegan un rol determinante y esos medios, repito, son empresas con grandes intereses económicos que traducen en intereses político-editoriales. Ante esta realidad, es bueno que vuelva la discusión política, pero también para que esa discusión tenga valor y posea la complejidad y honestidad que requiere la democracia, se deberá avanzar de algún modo en la democratización de los medios de comunicación y en nuevas leyes de radiodifusión que permitan una real pluralidad de voces y no sólo la voz del mercado, las empresas y la publicidad. Todo lo dicho es importante para que se mejore la discusión y la participación política de los ciudadanos y para que cada persona pueda decidir su posición de acuerdo a su lugar en la sociedad, a sus intereses y a sus convicciones y no que termine adoptando posturas que incluso le son contrarias sólo por influencia de los medios, esto se notó mucho en el último conflicto.

El funcionamiento de las instituciones democráticas.

Sin importar el resultado, el conflicto dejó la satisfacción de que las instituciones democráticas funcionan. Cuando todos los medios sembraban dudas y discordia, el congreso abrió el debate, los diputados introdujeron modificaciones y se votó, y ahora hay que acatar la decisión de la mayoría, porque la democracias es así, no es perfecta pero es lo que hay, que se puede mejorar, seguro, pero sólo podemos mejorarla con más política, con mas participación y con más actitudes democráticas. A ambos lados del conflicto se deberá revisar y realizar una evaluación de las actitudes, porque no todas fueron democráticas, ni el corte total de rutas ni el desabastecimiento son actitudes democráticas, como tampoco lo son los aprietes o los golpes de puño, pero hay entre éstas algunas mucho mas graves que otras y no podemos dejar que vuelvan a pasar.

Los ganadores y los perdedores.

Indudablemente, el resultado de la votación deja ganadores y perdedores. Como se dijo ayer en radio Contiental “Ganó el “Campo”. Ganó la Oposición. Y Ganaron los grandes Medios. Es la trilogía vencedora. Ganó la razón agraria. Perdió la razón retencionista. Ganó la soja. Ganó la siembra directa. Ganó la generación de riqueza. Ganó la iniciativa privada. Pierden los bosques. Pierde la salud de la tierra. Pierden los ecologistas. Pierde la influencia del Estado. Pierde la presidenta. Y pierde el marido…(…) Perdió Moyano y ganó Barrionuevo. Ganó Castells y perdió D´Elía. Ganó De Angeli y perdió Kunkel. Ganó de la Sota y perdió Sabatella. Ganó Felipe Solá y perdió Scioli. Ganaron Elisa Carrió, Miguenz, Llambías, Buzzi, Reutemann, Duhalde, el cardenal Bergoglio y el rabino Bergman. Y Mirtha Legrand. Perdieron los intelectuales de la Carta Abierta y los militantes setentistas. Perdieron las Madres, y las abuelas de Plaza de Mayo” Pero al final de todo, ganó la democracia y eso es importante.

Este conflicto tuvo esa rara particularidad de juntar lo injuntable y de que mucha gente que hace cuatro meses odiaba a la política y a los políticos, de golpe y porrazo esa misma gente se encontró mirando con otros ojos a Menem, Duhalde, Busti, Rodríguez Saa, Barrionuevo, Reuteman, Carrio, Macri, entre otros tantos animales de la fauna política argentina, y de golpe, hasta les interesó la política y los derechos de los ciudadanos, y luego de conocido el resultado, resulta que la política es buena y que todo funciona. Es que en argentina todo puede pasar.

La actitud de Julio Cobos

Fue una actitud típica de la Unión Cívica Radical. Diría una actitud casi “natural” del radical promedio, tan “natural” como las contradicciones que reconoció al hablar. Pero esa “naturaleza” hunde su raíz en la historia. En 1890 y 1893 durante dos grandes levantamientos armados y cuando la definición de la palabra “radicales” se ajustaba más a la realidad, partidarios de este partido se levantaron en armas contra la oligarquía hegemonizada por Julio Roca. Leandro Alem, líder del movimiento rebelde, ambicionaba ir por todo, quería derrocar a los tiranos conservadores, pero su sobrino, Hipólito Irigoyen, terminó pactando un alto el fuego, dejando todo como estaba. Al poco tiempo, Alem se suicidaba, acusando de traidor a su sobrino Hipólito. Años después y luego de sus pactos con Roque Sáenz Peña, en 1916 Irigoyen llegó al poder político y como presidente enfrentó los primeros grandes conflictos obreros, ante éstos, al principio trato de mediar, pero al final, cuando tenia que tomar una decisión tajante, concluyó dejando la pista libre a la brutal represión del Ejército, la Policía y los grupos de civiles armados que dirigían los grandes terratenientes y empresarios. El saldo fue de miles de obreros fusilados a lo largo y ancho del país.

La historia continuo y cuando otro radical, Arturo Frondizi necesitó de los votos de Perón para ganar una elección y ser presidente, lo hizo y pacto con Perón. Luego de ganar la elección, traicionó el pacto con el líder proscrito y Perón no pudo regresar al país. Ya en la década del 80, otro radical, Raúl Alfonsin, conquistó la presidencia con un apoyo popular inaudito para un radical, empezó juzgando a las Juntas militares de la Dictadura, pero al cabo de unos años, ante los aprietes militares, cedió y aparecieron las leyes de obediencia debida y punto final y la casa quedó en orden, al menos por un tiempito. De don Fernando De La Rua, se acuerdan, mientras el andaba escapando por los aires en helicóptero, el pueblo dejó sus cadáveres en las plazas y comedores del país. Aquellos fueron tiempos en los que la realidad marcaba que los piquetes y las cacerolas “la lucha es una sola”, pero pronto ese slogan quedaría en el olvido, tan pronto como la clase media recuperaría un poco de nivel adquisitivo y entonces los piqueteros pasaron a ser vagos, delincuentes y peligrosos para la sociedad, todo bien armado por los grandes medios, claro.

Al final de esta esquemática historieta, llegamos por todo lo dicho a una actitud casi normal, no digo ni buena ni mala (eso júzguelo usted, si quiere), sino a una actitud casi “natural” para un radical. Mientras hace un tiempo lo echaban de su partido los mismos que ahora lo aplauden, y decidió ser parte de este gobierno y de un determinado proyecto de país, sumándose al mismo, como socio minoritario, hoy le da la espalda a ese proyecto votando en contra del mismo gobierno al que pertenece y representa, diciendo que los votos también son suyos. Indudablemente, un mareo del momento, típico de un radical que hoy se crea con más del 40% de los votos, es casi un delirio, una fantasía. Pero en medio de esa confusión, de ese mareo, en medio de sus contradicciones, afloró lo “natural”, esa actitud tan repetida, esa ambigüedad tan característica del radicalismo que jamás sabe bien ni tiene claro para qué lado de la cancha patea y para qué equipo juega, pero en momentos claves de los partidos finales, siempre pateó para el mismo lado. La historia lo juzgará.

Los árboles siguen tapando el bosque

Podría escribir un repaso similar a lo dicho arriba para la U.C.R, pero del peronismo, pero lo que sucede es que ambas banderías políticas tapan algo más importante que está de fondo. Lo que está en la base y perdone que sea tan directo, es una cuestión de clase social. Ambas banderías políticas dividen a trabajadores y a las clases populares y mientras exista esta división reinan y ganan las clases dominantes, ganan los financistas, los grandes empresarios industriales, los grandes terratenientes y los especuladores, mientras la mascara de radical o peronista siga tapando las diferencias de clase, será la clase trabajadora la que pierde, porque no puede construir un proyecto propio que la represente puramente, porque tanto el peronismo como el radicalismo tienen en sus cúpulas componentes de las clases dominantes. Esto también lo dejo claro el último conflicto: la clase trabajadora esta dividida y la izquierda que es el lugar político que debería aglutinar a los trabajadores, demostró una falta de organización y proyecto político que asusta y desilusiona y que demuestra un serio problema para los sectores mayoritarios de la sociedad, que son los que peor la pasan, siempre, y en esto la historia lamentablemente la historia se repite, para mal.


aunque hay cosas en las que no estoy de acuerdo como lo de la victoria de la democracia me parece un texto interesante

viernes, 18 de julio de 2008

¿LA DEMOCRACIA ADONDE ESTA?#

Fue hace unos meses cuando dos intereses chocaron y todo comenzo a girar en torno a los mismos sin importar lo que pasaba fuera de eso. Entonces salio a flote la poca importancia que tienen los de abajo cuando esta en juego el dinero, y todos nos mantuvimos expectantes respecto a quien ganaria, con la voz del inconciente diciendonos que sea cual fuese la parte vencedora el dinero no rozaria nuestras manos.

Porque ¿Quién nos asegura que el dinero si llega a manos del gobierno sera redistribuido y no llenara sus arcas? Esas arcas repletas de nuestra plata, la que nos sacan dia a dia con impuestos cada vez mas altos y mas variados.

Y el pueblo esta cansado y cada uno elige una posición, y de ambos lados nos mienten y es difícil encontrar un pensamiento objetivo en estos dias. Dias en que los capitalistas (lease federación agraria argentina) que hace unos años miraron hacia otro lado y dejaron caer miles de pequeños y medianos productores hoy dicen representarlos. Dias en que una familia bien oligarca (los kirchner) dice estar en contra de la oligarquia mientras por otro lado compra propiedades y con eñ dinero sobrante llena sus bolsillos. Son tiempos en que cada uno tiene el doble discurso a flor de piel en cuanto le tocan los intereses.

Mientras la gente muere de hambre en todos los rincones los sectores enfrentados, principalmente el gobierno, realizan actos con gastos incalculables, instalan carpas, no cualqieu tipo sino con calefacción, plasmas, etc, y demas cosas que forman parte de este circo que no solo a los demas paises sino tambien a nosotros mismos ns causa gracia.

Todas estas inversiones se hacen para “ver quien la tiene mas grande” y no para acabar con esto y ocuparse de cosas mas importantes.

En síntesis las vidas de las personas no le pisan ni los talones al dinero, que manda en este circo

NI CON EL CAMPO NI CON EL GOBIERNO
Las retenciones son solo un cambio hipocrita en una sociedad desigual.. si se quiere acortar la brecha entre clases primero que empiezen con ellos mismos que se enriquecen con nuestro dinero..
El cambio no se avisa se genera, hay que dividir las tierras y otras reformas pero de una

gano el campo ¿5 meses para esto?

#Mal Pasar- no me acuerdo que tema

es solo un pensamiento talvez me equivoque..

miércoles, 9 de julio de 2008

Pensamientos sobre el patriotism

William Blum
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Un pensamiento de gran importancia: Estoy harto de lo que llaman “patriotismo.”

Los pilotos japoneses que bombardearon Pearl Harbor estaban siendo patriotas. Los alemanes que apoyaron a Hitler y sus conquistas estaban siendo patriotas, luchaban por la Patria. Y todos los dictadores militares latinoamericanos que derrocaron gobiernos democráticamente elegidos y torturaron rutinariamente a la gente estaban siendo patriotas – salvaban a su querido país del “comunismo.”

General Augusto Pinochet de Chile: “Quisiera ser recordado como un hombre que sirvió a su país.” [1]

P.W. Botha, ex presidente del Sudáfrica del apartheid: “No me voy a arrepentir. No voy a pedir favores. Lo que hice, lo hice por mi país.” [2]

Pol Pot, asesino masivo de Camboya: “Quiero que sepáis que todo lo que hice, lo hice por mi país.” [3]

Tony Blair, ex primer ministro británico, defendiendo su papel en el asesinato de cientos de miles de iraquíes: “Hice lo que pensaba que era correcto para nuestro país.” [4]

No os aburriré con lo que ha dicho George W. Bush.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. dio sermones morales a sus prisioneros alemanes y al pueblo alemán sobre la inadmisibilidad de alegar que su participación en el holocausto era por obediencia a su gobierno legítimo. Para probar lo inadmisible que era esa defensa desde el punto de vista legal, los aliados de la Segunda Guerra Mundial ahorcaron a los principales ejemplos de tan patriótica lealtad.

Una vez me preguntaron después de una charla: “¿Ama a EE.UU.?” Respondí: “No.” Después de detenerme unos pocos segundos para que se dieran cuenta, y de varias risitas nerviosas en la audiencia, continué: “No amo a ningún país. Soy ciudadano del mundo. Amo ciertos principios, como ser los derechos humanos, las libertades cívicas, la democracia, una economía que ponga a la gente antes que los beneficios.”

No hago mucha distinción entre patriotismo y nacionalismo. Algunos escritores igualan el patriotismo con la fidelidad al propio país y gobierno, mientras definen el nacionalismo como sentimientos de superioridad étnica-nacional. Defínase como se quiera, en la práctica las manifestaciones psicológicas y conductuales del nacionalismo y del patriotismo – y el impacto de semejantes sentimientos sobre las políticas reales – no son fácilmente distinguibles.

Howard Zinn ha calificado el nacionalismo como “una serie de creencias enseñadas a cada generación en las cuales la Madre Patria o la Patria es un objeto de veneración y se convierte en una causa ardiente por la cual uno llega a estar dispuesto a matar a los hijos de otras Madres Patria o Patrias.” [5]... “El patriotismo es utilizado para crear la ilusión de un interés común compartida por todos en el país.” [6]

Fuertes sentimientos de patriotismo yacen cerca de la superficie en la gran mayoría de los estadounidenses. Están enterrados a más profundidad en los más “liberales” y “sofisticados”, pero siempre son accesibles, e inflamables.

Alexis de Tocqueville, el historiador francés de mediados del Siglo XIX, comentó sobre su larga estadía en EE.UU.: “Es imposible concebir un patriotismo más problemático y más palabrero; aburre hasta a los que están dispuestos a respetarlo.” [7]

George Bush Sr., al perdonar al ex Secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y a otros cinco en conexión con el escándalo Irán-Contra de armas-por-rehenes: “Primero, el común denominador de su motivación – hayan sido correctas o equivocadas sus acciones – fue el patriotismo.” [8]

¡Qué bajo vientre primitivo tiene esta sociedad racional! EE.UU. es el país más patriótico, así como el más religioso del así llamado mundo desarrollado. Todo el asunto del patriotismo estadounidense puede ser comprendido mejor como el mayor caso de histeria colectiva en la historia, por medio del cual la multitud adora su propio poder como policías de la única superpotencia del mundo, un sustituto para la falta de poder en el resto de sus vidas. El patriotismo, como la religión, satisface la necesidad de la gente de tener algo más grande en lo que pueden aferrar sus vidas individuales.

Así que este 4 de julio, queridos compatriotas estadounidenses, algunos de vosotros alzaréis vuestros puños y gritaréis: "¡U! ¡S! ¡A! ¡U! ¡S! ¡A!". Y desfilaréis con vuestras banderas y vuestras imágenes de la Estatua de la Libertad. Pero ¿sabéis que el escultor copió la cara de su madre para hacer la estatua, una mujer dominante e intolerante que había prohibido a otro hijo que se casara con una judía?

"Patriotismo," dijo brillantemente el doctor Samuel Johnson: “es el último refugio de un sinvergüenza.” Ambrose Bierce no estuvo de acuerdo – Es, dijo, el primer refugio.

“El patriotismo es la convicción de que este país es superior a todos los demás porque habéis nacido en él.” George Bernard Shaw

“Las acciones son tenidas como buenas o malas, no en atención a sus propios méritos, sino de acuerdo a quién las realiza, y prácticamente no hay clase alguna de barbarie –tortura, la toma de rehenes, trabajo forzado, deportaciones en masa, penas de cárcel (o ejecuciones) sin juicio previo, falsificación, asesinato, el bombardeo de poblaciones civiles- cuya calificación moral no cambie cuando es cometida por “nuestro” bando.

“Los juramentos de lealtad son señales de Estados totalitarios, no democracias,” dice David Kertzer, antropólogo de la Universidad Brown que se especializa en rituales políticos. “No puedo pensar en una sola democracia, excepto EE.UU., que tenga un juramento de lealtad.” [10] O, podría haber agregado, que insiste en que sus políticos luzcan su patriotismo colocándose un alfiler con la bandera. Hitler criticó a los judíos alemanes y a los comunistas por su internacionalismo y su falta de patriotismo nacional. Junto con Mussolini en Italia el Führer exigió que los “verdaderos patriotas” juraran y exhibieran su lealtad a sus respectivas patrias. Los gobiernos democráticos de posguerra de ambos países hicieron un esfuerzo conciente por minimizar esas demostraciones de orgullo nacional.

(Por extraño que parezca, el Juramento de Lealtad Estadounidense fue escrito por Francis Bellamy, miembro fundados en 1889, de la Sociedad de Socialistas Cristianos, un grupo de pastores protestantes que afirmó que “las enseñanzas de Jesucristo llevan directamente a una forma o formas de socialismo.”)

Después de la invasión soviética de Afganistán en 1979, pudimos leer que hay “ahora un alto grado de patriotismo en la Unión Soviética porque Moscú actuó impunemente en Afganistán y por lo tanto subrayó quien es el verdadero poder en esa parte del mundo.” [11]

“Durante todo el Siglo XIX, y particularmente durante su segunda mitad, había habido un gran desarrollo de este nacionalismo en el mundo... Se enseñaba nacionalismo en las escuelas, era acentuado en los periódicos, predicado y escarnecido y cantado a los hombres- Se convirtió en una monstruosa hipocresía que ensombrecía todos los temas humanos. Se llevaba a los hombres a sentir que eran tan inadecuados sin una nacionalidad como sin sus ropas en una reunión multitudinaria. Los pueblos orientales, que nunca habían oído hablar de nacionalidad, la aceptaron como lo hicieron con los cigarrillos y los sombreros de hongo de Occidente.” H.G. Wells, escritor inglés. [12]

“La existencia misma del Estado exige que haya alguna clase privilegiada vitalmente interesada en mantener esa existencia. Y son precisamente los intereses de grupo de esa clase los que son llamados patriotismo.” Mikhail Bakunin, anarquista ruso. [13]

"Me parece una terrible indignidad tener un alma controlada por la geografía." George Santayana, educador y filósofo estadounidense.

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William Blum es autor de “Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II,” “Rogue State: a guide to the World's Only Super Power.” y “West-Bloc Dissident: a Cold War Political Memoir.”

Para contactos: BBlum6@aol.com

NOTAS

[1] Sunday Telegraph (London), July 18, 1999

[2] The Independent (London), November 22, 1995

[3] Far Eastern Economic Review (Hong Kong), October 30, 1997, artículo de Nate Thayer, páginas 15 y 20

[4] Washington Post, May 11, 2007, p.14

[5] "Passionate Declarations" (2003), p.40

[6] ZNet Magazine, May 2006, entrevista de David Barsamian

[7] "Democracy in America" (1840), capítulo 16

[8] New York Times, December 25, 1992

[10] Alan Colmes, "Red, White and Liberal" (2003), p.30

[11] San Francisco Examiner, January 20, 1980, citando a un “alto diplomático soviético.”

[12] "The Outline of History" (1920), vol. II, chapter XXXVII, p.782

[13] "Letters on Patriotism", 1869


http://www.rebelion.org/