sábado, 20 de septiembre de 2008

TRABAJO

"El capital es trabajo muerto que, al igual que un vampiro, sólo puede vivir succionando trabajo vivo, y mientras más vive, más trabajo vivo succiona".
Karl Marx

No trabajamos porque nos gusta. Trabajamos porque no tenemos otra forma de conseguir dinero. Vendemos nuestro tiempo y nuestra energía a un jefe para poder comprar las cosas que necesitamos para sobrevivir. Hemos crecido junto a otros trabajadores a los que se les han asignado diferentes roles. Nos especializamos en diferentes aspectos del trabajo y repetimos esos roles una y otra vez. El tiempo que pasamos en el trabajo no es realmente parte de nuestra vida. Es tiempo muerto controlado por nuestros jefes y patrones. Mientras trabajamos producimos cosas para que nuestros jefes las puedan vender. Esas cosas son objetos como camisas de algodón, computadores y plantas; o cualidades como pisos limpios y pacientes sanos, o servicios como tener un bus que te lleve a donde necesites ir, tener un mesero que te atienda o tener a alguien que te llame por teléfono para ofrecerte cosas que no necesitas. El trabajo no se hace por lo que produce. Lo hacemos para que nos paguen, y los jefes nos pagan para lucrar. Al final del día los jefes reinvierten el dinero que nosotros les producimos, y hacen crecer sus negocios e inversiones.

Nuestro trabajo queda almacenado en las cosas que nuestros jefes poseen y venden: capital. Ellos siempre están buscando nuevas formas para transformar nuestra actividad en mercancías, nuevos mercados para venderlas, y gente que no tenga nada que vender, excepto tiempo y energía, gente que tenga que trabajar para comprar mercancías. Lo único que nosotros obtenemos del trabajo es dinero para pagar el alquiler, comida, ropa y cerveza: lo suficiente para que podamos seguir trabajando.

Cuando no estamos trabajando, estamos viajando hacia o desde el trabajo, preparándonos para trabajar, descansando porque estamos cansados de trabajar o emborrachándonos para olvidarnos del trabajo. Lo único peor que trabajar es no tener trabajo. Entonces nos pasamos semanas en la calle buscando trabajo, sin que nadie nos pague por hacerlo. En cuanto a un seguro de cesantía, cuesta un mundo conseguirlo, no paga tanto como un trabajo y no alcanza para todos/as los/as cesantes. El constante temor al desempleo es lo que nos hace ir al trabajo todos los días. Y nuestro trabajo es la base de la sociedad. Cada hora que pasamos trabajando para los patrones, el poder de los patrones crece más y más. Esa es la fuerza dominante en todos los países del mundo.

Mientras trabajamos estamos bajo el control de nuestros jefes, y bajo el control de los mercados donde ellos comercian. Y en el resto de nuestra vida una mano invisible nos impone la misma disciplina y el sinsentido que domina el trabajo. La vida parece un espectáculo que contemplamos desde afuera, sin poder controlarla. Todas nuestras actividades tienden a alienarse y se vuelven aburridas como el trabajo: los quehaceres domesticos, el entretenimiento... Eso es el capitalismo.

http://www.prole.info/es/wcpw_espanol.html

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